
La llegada de Amazon a España no es sólo el desembarco de la mayor librería (y otras muchas cosas) de Internet a nuestro país, supone un antes y un después en la concepción de algunos modelos de negocio, como por ejemplo, el de la paquetería. El sector de las ventas on-line ha dado su tercer paso por la larga avenida aún por recorrer de la economía que viene.
Primero llegó la popularización de Internet como medio de consumo gracias a la fórmula que propían las 'start up' (ventas de primeras marcas con importantes descuento). Con ellas, las generaciones tecnológicas - aquellas que han crecido de forma paralela a Internet en nuestro país -, descubrieron que Internet era mucho más que un mero canal de entretenimiento, sino también un medio absolutamente fiable de consumo. Leánse ejemplos como vente-privee.com (el pionero de este modelo de negocio), privalia, buyvip o vip-venta.
A penas un año después, una de las mayores compañías españolas, olió el importante nicho de mercado asociado al canal on-line y decidió acertadamente no dejar pasar la oportunidad. Inditex, con su salto al las 3'w, no sólo ha conseguido en un año incrementar un 10% su facturación, sino también lanzar un mensaje al escéptico consumidor que aún miraba con recelo aquello de "pagar sin tocar". Tranquilos, esto es seguro. Palabra de Amancio.
Justo un año después del nacimiento de zara.es, Amazon ha puesto sus ojos en España (un país complicado, editorialmente hablando, por la fijación de precios en el mercado marcada por las grandes editoriales - algo que quizá debiera estudiar Competencia -), y de la mano de su partner logístico, MRW, ha dejado la primera semilla de la economía que viene. Junto a la empresa catalana de mensajería ha lanzado la solución Premium de Amazon (algo que aplica, por otra parte, en todos los países donde está prensete). Ninguna novedad, pero sí una idea revolucionaria en España. Básicamente, esta solución supone el pago de una cuota anual por parte del cliente a la empresa que gestiona los envíos (14,95 euros) para que, a cambio, el comprador de Amazon tenga la posibilidad de recibir tantos libros como quiera adquirir sin pagar un solo euro más por el envío. Economías de escala; ya saben, aquello de a mayor volumen, menor precio por unidad.
La idea, algo complicada de encajar en el actual modelo de paquetería español, acabará imponiéndose a la misma velocidad que el consumo en Internet crezca. Actualmente, el encarecimiento por gastos de envío de un producto adquirido en Internet es de, aproximadamente, unos 6 euros, lo que desluce una compra que en principio, es más barata en Internet que en una tienda off-line, es decir, el establecimiento físico de toda la vida. Eso... "tiraba" para atrás en la decisión de compra.
El objetivo está claro, para vender más a través del canal on-line hay que ser competitivos desde el punto de vista económico, pero no sólo la tienda en sí, sino - en este ejemplo - la logística que lo rodea. Cuando el volumen de internautas sea el suficiente como para generar el suficiente volumen de envíos como para, a su vez, generar economías de escala para que las empresas de paquetería puedan ofrecer cuotas anuales a sus clientes para que accedan al "barra libre de envíos", la ecuación habrá quedado despejada e Internet habrá echado abajo esa tercera barrera que supone el encarecimiento por gastos de envío. Tiempo al tiempo, y economías de escala.
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